Nada de libros. Nada de arte. Nada de literatura. Nada de acto liberador.
Un grito desde las entrañas no tiene nada de acto liberador.
Las vísceras que explotan jamás se recomponen.
Un grito desde las entrañas es fuego que se consume anhelando destrucción.
Un cataclismo de mandrágoras en la boca de un blasfemo incorregible, en las bocas de los que se encuentran aturdidos por tanto silencio condescendiente.
El gigante Tifón avanzando desde el tártaro con sus cabezas de dragón y sus serpientes venenosas.
Afrodita estimulando el clítoris de la virgen María.
Artaud, Maldoror y Zaratustra susurrándome al oído, conspirando.
Hacha.
Martillo.
Trituradora.
El espejismo amoral de un abuelo pederasta.
Una pelota de hormigas colma tu boca y consume lo poco que queda de tu lengua.
Un elemento más en tu colección de cuchillos.
Una pieza multifacética en tu caja de herramientas.
Ardor en tus pupilas. Comezón en tu pubis.
Migraña crónica.
Decepción y profunda tristeza.
Profunda soledad.
Profundo dolor.
Porque amo, precisamente porque amo, odio sin culpas este mundo miserable.
Este mundo que premia la obediencia.
Que exalta el castigo.
Que diviniza a la autoridad.
Que sacraliza el cuerpo, banaliza el sexo y desprecia el placer.
Este mundo obsesionado por el control y la disciplina.
Obsesionado por el sacrificio y el esfuerzo.
Encandilado por la blancura de las ovejas que forman el rebaño.
Es el Crucificado levantándose cada mañana para aplastar la cabeza de Dionisio, desmembrar su cuerpo y echarlo a los buitres.
Miles de años repitiendo la misma conducta.  
Miles de años y nosotros observando con resignación cómo los buitres devoran nuestro cuerpo,
para luego celebrar, agradecidos, las sobras que nos otorgan de aquella rapiña.
 

*

 No siembres, no plantes, no construyas.
¿No ves que los cimientos están totalmente podridos?
¿No ves que la putrefacción llegó hasta el techo de la casa y lo contaminó todo?
No siembres, no plantes, no construyas.
Mejor picá, excavá, perforá, demolé, destruí.

La esperanza es un germen fascista.

 

Fragmento del texto que abre el libro, titulado "La nada creadora".

 

******

 

Ficha Técnica

 

La Palabra Encarnada, Alejandro Castellani; Editorial Perrachancha; Espacio/Secta LTF.
Primera edición: noviembre de 2018.
Segunda edición: marzo de 2024, versión digital.
Impreso en Argentina.
ISBN 978-987-778-231-8
Diseño de tapas: Alejandro Castellani
Fotografías: Alejandro Castellani

La palabra encarnada. Alejandro Castellani

$9.900,00
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Un grito desde las entrañas no tiene nada de acto liberador.
Las vísceras que explotan jamás se recomponen.
Un grito desde las entrañas es fuego que se consume anhelando destrucción.
Un cataclismo de mandrágoras en la boca de un blasfemo incorregible, en las bocas de los que se encuentran aturdidos por tanto silencio condescendiente.
El gigante Tifón avanzando desde el tártaro con sus cabezas de dragón y sus serpientes venenosas.
Afrodita estimulando el clítoris de la virgen María.
Artaud, Maldoror y Zaratustra susurrándome al oído, conspirando.
Hacha.
Martillo.
Trituradora.
El espejismo amoral de un abuelo pederasta.
Una pelota de hormigas colma tu boca y consume lo poco que queda de tu lengua.
Un elemento más en tu colección de cuchillos.
Una pieza multifacética en tu caja de herramientas.
Ardor en tus pupilas. Comezón en tu pubis.
Migraña crónica.
Decepción y profunda tristeza.
Profunda soledad.
Profundo dolor.
Porque amo, precisamente porque amo, odio sin culpas este mundo miserable.
Este mundo que premia la obediencia.
Que exalta el castigo.
Que diviniza a la autoridad.
Que sacraliza el cuerpo, banaliza el sexo y desprecia el placer.
Este mundo obsesionado por el control y la disciplina.
Obsesionado por el sacrificio y el esfuerzo.
Encandilado por la blancura de las ovejas que forman el rebaño.
Es el Crucificado levantándose cada mañana para aplastar la cabeza de Dionisio, desmembrar su cuerpo y echarlo a los buitres.
Miles de años repitiendo la misma conducta.  
Miles de años y nosotros observando con resignación cómo los buitres devoran nuestro cuerpo,
para luego celebrar, agradecidos, las sobras que nos otorgan de aquella rapiña.
 

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 No siembres, no plantes, no construyas.
¿No ves que los cimientos están totalmente podridos?
¿No ves que la putrefacción llegó hasta el techo de la casa y lo contaminó todo?
No siembres, no plantes, no construyas.
Mejor picá, excavá, perforá, demolé, destruí.

La esperanza es un germen fascista.

 

Fragmento del texto que abre el libro, titulado "La nada creadora".

 

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Ficha Técnica

 

La Palabra Encarnada, Alejandro Castellani; Editorial Perrachancha; Espacio/Secta LTF.
Primera edición: noviembre de 2018.
Segunda edición: marzo de 2024, versión digital.
Impreso en Argentina.
ISBN 978-987-778-231-8
Diseño de tapas: Alejandro Castellani
Fotografías: Alejandro Castellani